SERVICIO
ASESORAMIENTO FAMILIAR
Sea como sea, cuidar el clima emocional en nuestro hogar es clave para desarrollarnos como personas, para sentirnos bien y para sentir la incondicionalidad y la compañía propias de la vida en familia.
Un hogar es un lugar en el que podemos ser nosotros mismos. Pero también hay un gran peligro, el del “todo vale”. Es decir, la confianza y los hábitos pueden hacer que nos dejemos llevar y descuidemos ciertos principios como el del respeto y la solidaridad.
Es muy importante que cocinemos a fuego lento la calidez, el respeto, el autocontrol y la bondad en nuestra casa. Al fin y al cabo, se trata de cuidar nuestras emociones y nuestro bienestar común. La inteligencia emocional se cimienta en nuestro hogar y será la mejor garantía de una vida feliz.